La Academia Médico-Quirúrgica clausura esta tarde el curso 2016-17 con el curso «25 años de Psicogeriatría en Galicia», a cargo del ourensano Raimundo Mateos, coordinador de la Unidad de Psicogeriatría –subespecialidad de la psiquiatría centrada en la edad avanzada– del hospital Psiquiátrico de Conxo, en Santiago, será la última sesión científica del ejercicio. La cita será a las 20,00 horas en el Marcos Valcárcel, y en ella intervendrán, además, Concepción Victoria Fernández, presidenta de la Academia; Susana Blanco Pérez, secretaria; José Luis Jiménez Martínez, presidente del Colegio de Médicos; Dionisio López Bellido, gerente de Xestión Integrada de Ourense, Verín e O Barco, y el decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Santiago, Jesús Gestal Otero.
Galicia fue hace 25 años pionera en Psicogeriatría pero se quedó estancada…
Hubo inicios en casi todas las áreas sanitarias pero no se ha consolidado. En el caso de Ourense, hubo durante bastantes años una unidad muy completa e interdisciplinar pero recientemente este programa se ha reducido notablemente. En Pontevedra ocurrió lo mismo. En la actualidad, existe otra en Vigo, que abrió el verano pasado. Hace 25 años se puso en marcha la Unidad de Psicogeriatría del hospital Psiquiátrico de Conxo, compuesta por cuatro profesionales: dos psiquiatras, una psicóloga y una trabajadora social. Somos los mismos desde el inicio. Creo que una de las características distintivas de nuestra vida es nuestro trabajo en equipo.
¿Por qué desapareció en Ourense?
Han sido decisiones administrativas, en su momento contestadas. Yo sé que el profesional que llevaba esa unidad se opuso pero aún así se tomó la decisión. Lógicamente, cuando se toman esas determinaciones es porque deciden orientar los recursos de personal de otra forma. Sin embargo, Ourense y Lugo son dos provincias en las que el número de personas mayores es muy alto y hay una notable dispersión de la población en el rural. Son razones más que necesarias para su existencia.
Pero los recursos son limitados…
Los que nos dedicamos a esto, la reflexión que hacemos es que los argumentos son al menos tan potentes como lo son para los otros grandes grupos. Si pensamos en la cantidad de unidades específicas que hay en el sistema sanitario para muchísimas cosas, no se entiende bien que para un problema de esta envergadura, como es la salud mental de las personas mayores, no quede claro esa necesidad.
¿Es necesario un mayor compromiso político?
Desde luego. Que se haya mantenido en Santiago fue gracias al compromiso de las autoridades sanitarias y de los profesionales. Ha sido una aventura que ha valido la pena.
¿Cuáles son los retos de la Psicogeriatría?
El más inmediato es que este tipo de dispositivos se consolide en cada área sanitaria.
Fuente: laregion.es