La historia de la psicogeriatría en Galicia ha cumplido ya 25 años. Uno de sus impulsores fue Raimundo Mateos Álvarez, que en la actualidad coordina la unidad que funciona en el hospital psiquiátrico de Conxo, dependiente del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS). Defensor incansable de la necesidad de ampliar la presencia de esta asistencia específica a la envejecida población gallega, este ourensano -que también preside la Asociación Internacional de Psicogeriatría-, ofrece la conferencia que clausura el curso de la Academia Médico Quirúrgica de Ourense, a las 20.00 horas en el centro Marcos Valcárcel.
-¿De qué patologías se ocupa la psicogeriatría?
-De todas las que tienen que ver con la salud mental de los mayores; desde las originadas por una lesión del cerebro, como pueden ser las demencias, a todo el resto de enfermedades que en principio no tienen por qué tener una lesión estructural como por ejemplo las depresiones. En las personas mayores los dos grandes paquetes de enfermedades son las derivadas del deterioro cognitivo, que pueden terminar o no en demencia, y las de síndrome depresivo, desde las depresiones endógenas a las reactivas o los duelos complicados. Pero también abordamos todos los otros problemas, desde la psicosis de todo tipo a problemas de personalidad, por ejemplo.
-¿Sería el equivalente de la atención pediátrica en los menores?
-En cierto sentido sí, pero el equivalente de esa atención singularizada de los niños con la pediatría estaría más en la geriatría para los mayores. Lo que ocurre es que, dentro de esa división de cuerpo y mente que hacemos en las especialidades médicas, los geriatras están centrados en lo primero y la psicogeriatría se ocupa más de lo segundo.
-¿Por qué es necesaria esa atención especializada?
-A lo largo de nuestro ciclo vital la salud debe abordarse teniendo en cuenta las diferencias cualitativas que hay en las diferentes etapas de la vida. Esas características especiales hacen necesario que haya gente que se especialice, o superespecialice, por decirlo de algún modo, en el abordaje con niños y, por lo mismo, en la asistencia a personas de edad avanzada. El ser humano va cambiando a lo largo del tiempo, pero no solo cambia en su biología sino también su situación social. Y los factores sociales condicionan en buena medida los problemas de salud mental del mayor.
-Teniendo en cuenta la población gallega ¿cómo estamos en cuanto a prestación de este servicio?
-Aunque nuestra unidad se puso en marcha en 1991, aquí aún sigue sonando a algo nuevo, por desgracia. Cuando empezamos en toda España solo había algo parecido en Cataluña, pero 25 años después tenemos normas muy bien hechas y con rango legal, pero el modelo no acaba de consolidarse del todo. Unidad interdisciplinar de psicogeriatría como tal, con varios profesionales trabajando, tenemos la de Santiago y la que acaban de abrir en Vigo. Había una en Ourense, que funcionó muy bien durante muchos años pero curiosamente se cerró hace poco y ha quedado muy menguada la actividad que se hacía. Lo que sí hay en todas las áreas sanitarias de Galicia son compañeros psiquiatras que asumen dentro del servicio la atención a este colectivo. Eso está muy bien como primer paso, pero defendemos que tiene que haber unidades con equipos interdisciplinares con dedicación completa a este campo, y eso está contemplado en la normativa de Salud Mental de Galicia.
-¿Qué especialistas se necesitan en estas unidades?
-Lo mínimo básico es que esté representada la especialidad médica, la psicológica y la asistencia social. El abordaje multidisciplinar se justifica no porque los mayores tengan enfermedades distintas, aunque algunas sean más frecuentes en ellos; sino por lo que significa ser mayor en el contexto actual. Además de la patología mental y de las otras derivadas de la edad, están los problemas de soledad, de falta de red de apoyo. Lo que nosotros tratamos de conseguir es que, una vez hecho un diagnóstico y pautado un tratamiento, este se lleve a la práctica. Y eso depende mucho de esa red de apoyo porque especialmente en los problemas de salud mental ya no es solo que se tome una pastilla; igual el tratamiento incluye otras cosas como que la persona salga de paseo todos los días. En la unidad diagnostica, pauta el tratamiento y se interesa por ese entorno social para ver los recursos y servicios que existen para prestarle apoyo. No es lo mismo el que vive en una ciudad que el que está en un pueblo aislado. Tenemos que entender bien lo que significa envejecer, con esa acumulación de problemas físicos, sociológicos y psicológicos, y además ponerlos en un contexto para buscar las mejores soluciones a cada persona.
Fuente: lavozdegalicia.es